Ante los indicios de un posible cambio a las condiciones de La Niña, los operadores de activos solares y de red buscarán comprender el impacto que este cambio podría tener en la producción solar estadounidense. Según los datos disponibles actualmente, se espera que la temporada de huracanes del Atlántico se intensifique para parecerse más a un año de La Niña, lo que provocaría huracanes más frecuentes. Los años de La Niña suelen dar lugar a una irradiancia solar inferior a la media en el Golfo de México, mientras que aumentan la irradiancia solar a lo largo de la costa atlántica de EE.UU., según un análisis realizado con la API Solcast.
En los años de La Niña, el Golfo de México registra históricamente niveles de irradiación hasta un 10% inferiores a la media a largo plazo debido al aumento de la actividad tormentosa. La Niña, caracterizada por temperaturas más frías de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial, influye en la temporada de huracanes en el Atlántico, al otro lado del territorio continental de Estados Unidos, modificando los patrones meteorológicos.
Las temperaturas más frías en el Pacífico desplazan la corriente en chorro hacia el norte, reduciendo la cizalladura vertical del viento en el Atlántico. Normalmente, una mayor cizalladura del viento suprime la formación de huracanes al perturbar su estructura vertical. Sin embargo, al reducirse la cizalladura del viento, pueden formarse más huracanes y desarrollarse con mayor intensidad. Estas condiciones provocan más huracanes, convección y nubosidad en el Golfo de México, lo que se traduce en una disminución de la irradiación solar. Independientemente de que se produzca o no un cambio hacia La Niña en 2024, estos patrones ya se están formando, lo que indica una probable reducción de la irradiancia estival en la costa del Golfo.
Por el contrario, la costa atlántica de EE.UU. ha registrado históricamente hasta un 5-10% de irradiancia por encima de la media durante los meses de verano en anteriores episodios de La Niña. A pesar del mayor número de huracanes que pueden convertirse en tormentas ciclónicas de latitudes medias a lo largo de la costa este, los periodos entre estas tormentas experimentan una relativa estabilidad. Entre estas grandes tormentas, la reducción de la convección nubosa y de las precipitaciones da lugar a periodos más largos de cielos despejados. Estos periodos de calma contrarrestan el impacto de una mayor actividad ciclónica, dando lugar a una mayor irradiancia solar media global a lo largo de la Costa Este durante los veranos afectados por este patrón meteorológico.
Utilizando este análisis climático, es posible aplicar estos posibles patrones meteorológicos a la distribución actual de la generación solar en EE.UU. El análisis realizado con la API de Solcast muestra que un verano típico de La Niña supondría un 2,7% más de generación solar en tejados para la ISO de Nueva York (NYISO), y un 2,1% para la ISO de Nueva Inglaterra (NEISO). Por el contrario, en el Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT), con un gran número de instalaciones a escala de servicio público, la producción disminuye un -1,6% en un verano típico de La Niña.
Los modelos de agregación de redes se construyen a partir de la información de producción disponible y aplicando los datos de irradiancia de Solcast a dichos modelos. Solcast elabora estas cifras mediante el seguimiento global de nubes y aerosoles con una resolución de 1-2 km, utilizando datos de satélite y algoritmos AI/ML propios. Estos datos se utilizan para impulsar modelos de irradiancia, lo que permite a Solcast calcular la irradiancia a alta resolución, con un sesgo típico inferior al 2%, y también previsiones de seguimiento de nubes. Estos datos son utilizados por más de 350 empresas que gestionan más de 300 GW de activos solares en todo el mundo.
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